sábado, 8 de mayo de 2021

Non sono il nutrimento della vita (Una riflessione dall’ecofemminismo)

 

 

 

 

Castrarono anche me quando nacqui,

mi vestirono di rosa,

A lei strapparono la pelle verde per la rossa.

Mi insegnarono a non dirle grazie né mi spiace,

Perché i suoi rami non soffrivano.

 

Dicono che lei è la vita, ma non sente,

che sono nata per allattare,

che entrambe siamo il nutrimento della vita.

Affermano che i tori non piangono

neppure i cavalli, gli uccelli,

i conigli, gli orsi, i topi…

e quando chiesi

cosa sentono gli insetti

non mi dissero chiedilo alla tua

lingua-farfalla.

 

Il “razionalmente” umano è così assurdo

da credersi in diritto di dire sugli altri,

Chi sì, chi no, come sente, se non lo fa, e in che misura…

 

Loro, i padroni della logica

si siedono sotto le nostre ciglia

a sorseggiare il caffè e il miele che si rovescia dalle nostre cosce.

Aspettano, mentre la chiamano scenario o “ambiente”,

e mi chiamano vergine, fertile, pazza, puttana o madre. 

 

 

Non m’hanno insegnato a dire

neanche del mio corpo-territorio,

come mai potevano spiegare che gli alberi conducono il suono del mondo,

e gridare che nei nostri sogni non siamo cullati da dio, ma sì da loro.

Come mai potevano spiegare che l’ ablazione

e la indifferenza alla sofferenza di altri è uguale e comparabile?

Come riconoscere che la nostra storia

non è che la continuazione della storia di animali e piante.

Come riconoscere che l’altro è te stesso,

io sono l’animale.

 

Il mio istinto, la rabbia, il desiderio, la paura,

I miei sogni sono quelli suoi.

Non siamo realtà antagoniste.

 

Cosa proverebbe se dicessi

Che per la prima volta la “luce” non sta dentro la mia ragione,

E neppure da essa emana.

Se questa volta cercassi dirle grazie

Dal mio cuore, dal mio utero.

 

Nota:

 este es un poema bastante viejo, quizá del 2015... cuando fui parte del primer seminario de escritura feminista. La traducción se la agradezco infinitamente a Rosalba Piazza, por haberla hecho, por haber resonado a través de esas palabras, por acompañarnos siempre... no la había subido antes, la traducción es de 2020.  

 

No soy el sustento de la vida

Una reflexión desde el ecofeminismo

 

A mí también me castraron cuando nací,

me vistieron de rosa,

a ella le arrancaron la piel verde por la roja.

Me enseñaron a no decirle gracias ni lo siento,

 porque sus ramas no sufrían.

 

Dicen que ella es la vida, pero no siente,

que yo nací para amamantar,

que ambas somos el sustento de la vida.

Afirman que  los toros no lloran

ni los caballos, ni los pájaros,

 los conejos, los osos, las ratas…

y cuando pregunté

¿qué sienten los insectos?

no dijeron, pregúntaselo a tu

lengua- mariposa.

 

Lo “racionalmente” humano es tan absurdo

que se cree con derecho de decidir sobre los otros,

quién sí, quién no, cómo siente, sino lo hace, en qué medida…

 

Ellos, los dueños de la lógica,

 se sientan bajo nuestras pestañas

a sorber el café y la miel que se derraman por nuestros muslos.

Esperan mientras la nombran escenario o “medio ambiente”,

y a mí me llaman virgen, fértil, loca, madre o puta.

 

 A mí no me enseñaron a decidir

ni siquiera sobre mi cuerpo-territorio,

cómo iban a explicar que los árboles portan el sonido del mundo,

cómo iban a gritar que en este sueño no somos arrullados por dios, sino por ellos.

Cómo  iban a mostrar que la ablación

y la indiferencia ante el sufrimiento de otros, es parecida y equiparable.

Cómo reconocer que nuestra historia

es sólo la continuación de la de animales y plantas.

Cómo reconocer que el otro es uno,

el animal soy yo.

Mi instinto, mi rabia, mi deseo, mi miedo,

mis sueños son los mismos que los suyos.

No somos realidades antagónicas.

 

¿Qué sentiría ella si dijera

que por primera vez la “luz” no está contenida en mi razón,

ni mana de ella?

Si esta vez intentara decir gracias

desde mi corazón, desde mi útero.


 

 

 

 

 

 

Carta a uno de mis amantes

Poema-visaje, con tirada de tarot incluida.

 

¿Has tocado una naranja con los ojos cerrados,

tú, que has acariciado mis pétalos con la lengua abierta?

¿Recuerdas mi perfume y mi sal?

por tus dientes de mazorca,

serpenteo.

Tú eres presencia

y como presencia vienes a mí,

te respondo.

Soy ahí, torrente y fuego,

sabes que cuando mis caderas se abren

puedo parir obsidianas y dragones,

sabes que mis dedos en tu espalda se dislocan,

sabes que soy así, que soy líquida y exploto,

sabes que alguna vez te acaricié con cada una de las capas de mi dermis,

y que aún te bendigo con cada uno de mis poros.

Sabes que nunca tengo miedo de besar,

que no exijo nada de lo que yo no pueda dar.

Sabes que soy marisma,

molusco,

y mar.

 

Sabes que por la noche me destrenzo,

mi cabello me mantiene fuerte, sujeta al mundo

porque yo, tengo pelo de potra.

Tú sabes de mi fuerza,

de mi extensión,

tú que escalaste esa torre,

sabes que a veces corro así, desbocada, desnuda,

 a veces corro y a veces, me corro…

y entonces tengo la lengua rígida y afilada como marfil.

Sabes que tengo texturas y olores múltiples

soy nenúfar, almendra, noche buena, branquia, escalpelo,

aleta de delfín, ala de víbora,

soy grieta,

así de estrecha, así de amplia, así de profunda,

así de limpia, así de sal, así de sangre,

a veces impoluta

a veces, desgarradura.

Soy sagrada, te bendigo, y me bendigo a mí.

 

Te agradezco por mostrarme lo más oscuro esa noche

ahora sé que soy carbón y también brasa.

Soy la emperatriz, hoy poco tengo de la papisa

porque yo vengo de la fertilidad y de la vida.

Sabes que honro mi sangre y que la cuido

la honro como saboreo todo en ti, que es semilla.

Sabes que no tengo miedo de la torre, la luna, o el colgado

porque pido mucho a la justicia

porque poseo el león y la fuerza, el empuje del carro,

aunque también algo de ermitaña y maga.

Sabes que aguardo al otoño,

que barro la hojarasca,

agradeciendo con fuerza al arcano número XIII.

Sabes que soy poesía, y soy llanto,

noche estrellada,

sabes que tomo la templanza

y que hoy una vez más te agradezco, te honro, y te dejo libre.

Somos libres como el agua que somos

Hoy te suelto para que florezcas,

venimos del mismo mar,

somos parte del mismo río,

y tal vez como espuma volvamos a encontrarnos.

Gracias por permitirme esta noche ser agua y pájaro.

Lo sabes golondrina,

lo sabes corazón, lo sabes tú, y tus ojitos de brasa,

lo sabes humito de sahumerio

lo sabes porque conoces la intensidad de mi llanto y mi esperanza.

Sabes del gato que duerme y ronronea dentro de mi pecho

sabes de mi olor a carne macerada en madera, ron y vainilla,

sabes de mi humedad,

conoces la intensidad de mis palpitaciones

conoces mi forma de desear,

mi verdadero origen,

mi capacidad de albergarte un segundo en mi infinito.

Hoy solo somos un suspiro,

una partícula en la ventisca,

el viento nos barre con fuerza,

somos el arcano sin número, locos,

rodamos lento, y seguro,

somos una rosa del desierto.

Gracias por haber llegado a mi fuente, por haberla despertado.

Al menos el agua es clara.

Siempre nos quedara la purificación.

¡Vámonos al mundo!


 

El gato

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