martes, 30 de abril de 2019

Mi abuelo es un astro en llamas




Mi abuelo es un astro en llamas.
Mi abuelo es una nube,
mi abuelo, es una llamarada.
Mi abuelo representa un lugar a donde asirme
 pero flota,
 y se desplaza,
y yo pierdo tierra;
floto a ratos con él,
pero la sensación de libertad
en el aire, en el vacío,
 me asusta.
Mi abuelo se ha vuelto nómada
precisamente ahora,
que en realidad es aún más sedentario.

Mi abuelo dice que él y yo somos computadoras
dice que hay ruidos que a él le hacen ruido,
 voces,
fantasmas, locos, monos.
Mi abuelo sabe que soy una computadora,
sabe que soy un motor
e incluso escucha los ruidos de mi ventilador cuando tengo hambre.
Mi abuelo no está loco.
Mi abuelo no dice mentiras.
Mi abuelo me dijo que sabe que yo quemo cosas
que lo ayude a quemar
que lo ayude con eso
que a veces hay que quemar,
papelesrecuerdoscosas.
A veces hay que quemar,
limpiar.
Mi abuelo a veces arde como una llamarada,
está aquí,
pero a veces ya no está,
quema, pero su frente permanece fresca.

Muchos años busqué a mi padre,
muchos años los desperdicié buscándole,
ciega.
Muchos años pensé
que las migajas que quedaban en el mantel,
los domingos por la mañana,
eran mi ración, mi parte.
Si recibes migajas, las mereces.
Tragué migajas,
las escogí,
pensando que mi padre estaba en las migajas,
en esa eucaristía de sobras
de ausencias, de faltas;
ciega lo buscaba pero él ya estaba aquí.
Porque mi padre en realidad se encarnó en un árbol,
mi padre era un cedro rojo
mi abuelo es mi padre porque es un árbol ocote-cedro-pino,
Mi padre es la energía del fuego, roja,
es  la madera roja y los dedos que la tallan,
es el centro del árbol, dorado y roja.
es la sangre que corre por mi corazón de agua, flama, vino.
Mi abuelo me alimentó, me guió, me procuró, me afianzó,
me dio,
me dio todo,
 como el mar,
como las olas:
 la espuma, la arenilla, las rocas, los  troncos,
darlo todo hasta romperse, hasta quebrarse,
mi abuelo entonces no sintió miedo.
Mi abuelo dio, me dio
energía de sol, polo masculino,
carga negativa positiva, en mí.

Mi abuelo no es un cangrejo sobre la playa,
mi abuelo no es el cáncer que le carcome los huesos,
mi abuelo no es su dolor, ahora.
Mi abuelo tuvo el peso del mundo
tuvo flores y dientes y monos y viejos
rondándole cerca de la cara.
Mi abuelo está, se queda, permanece.
Es rizoma en mí,
en la casa, en las paredes, en ella, en él,
en nosotros, todos.
Mi abuelo se queda para siempre,
porque se va.
Mi abuelo es mi padre y no me abandona.
Mi abuelo se queda a la tormenta
porque es valiente,
se queda porque su amor es su regalo más grande,
y es lo único que espera mi corazón esta noche.

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