Poesía Beat. Colección visor de poesía. Madrid 1977
La poesía beat nace desde una desgarradura,
el grito que emana de una sociedad podrida de indiferencia. Al principio parece
ser la voz desesperanzada de una generación decepcionada de sí misma, uno tarda
en percatarse de la fe de la que están empapados cada uno de los poemas. Lo
verdaderamente pelicular es lo que produce sosiego en los beatnik. Dios esta
representado en los objetos de la cotidianidad, el acido, los cigarrillos, las
tijeras, las alucinaciones, el jazz y las navajas de afeitar.
La
sociedad de la post guerra era una sociedad que había perdido la fe,
había perdido la esperanza en América y en todos los sueños que les habían
enseñado a tener y que ahora de la misma
manera los obligaban a perderlos. Los beat recobran la capacidad de creer,
dejan de lado el presunto sueño americano para forjarse nuevos ideales. El uso
de las drogas es el medio que los hace acercarse a la divinidad.
Se percibe un aliento antinacionalista
y cierta fascinación por lo que pueda alejarlos de esa patria que no representa un territorio sino una sociedad
burlada y violentada, el chamanismo de México, algunos paisajes de Europa, el
hinduismo y la cultura Zen son influencias importantes para este movimiento.
El lenguaje de este género es un arma
potente porque es el inicio de la libertad. La palabra es el medio por la cual
se comienza la apertura de los sentidos. El uso de lenguaje es claro, y con uso
de elementos que marcan una ruptura con lo convencional.
La poesía es beat es apta para leerse en el camino, (referencia a on the road
de Jack Kerouac) no creo que lo sea para encontrar
respuestas, sino para generar más dudas y dejarnos sobre la lengua el
sonido del ácido al rozarse contra la sábana de los sueños.
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