De repente siento
un sabor acido en la boca. ¿De donde procede la insatisfacción?
Tengo la mascara colocada en su sitio, zapatos cómodos para
correr, huir de mi misma si es posible.
Las palabras se
estrellan en la parte frontal de mi cerebro. Estrella
errante, condenada la obscuridad por siempre escucho el lamento y siento
que algo por dentro me hace desplomarme. Soy una trágica, pero es cierto, soy
un astro sin luz. Estoy perdida, inmersa
en la oscuridad que me rodea, ahora me doy cuenta del vacío, porque una
luz me ha tocado. El destello que ha prendido fuego a mi lado oscuro.
Si al pudiera
alimentarme de flores, si al menos tuviera un cuarto de paredes blancas, una
ventana sin barrotes y un montón de jeringas con anestesia.
Recuerdos. Mi tercer
cumpleaños. Tenia un vestido verde agua, alguien ha entrado, me abraza, me
entrega una caja envuelta en papel de color rosa, encuentro un osito celeste,
una bicicleta y una carriola, todos caben en la palma de mi mano. Pienso en la
imagen de una historieta que años mas tarde me regalo mi abuelo. Almendrita transportada
por un mirlo gigantesco.
Soy una extraña. No
hay nadie para tomarme de la mano. Por la noche las sabanas me rozan y
endurecen mis pezones. A veces lloro porque no hay nadie para hablarme del
reflejo del sol en el verano. Esta cuidad es tan grande que los muros se caen
sobre mis hombros.
Escribo:
Me brotan pájaros
Tu olor esta debajo
de mis uñas
Lluvia de granate
tiñe
El rocío de las
flores
Pero no quiero
escribir poemas, quiero sentirlos. Quiero sentir.
Ayer la vi, estaba
borracha. Lloraba. Estaba en la plaza, sentada frente a un antro. Su falda
corta dejaba ver unas piernas largas y delgadas. Medias azules se cortaban a
mitad del muslo. No llevaba bragas. Sus piernas abiertas dejaban ver unos
pétalos abiertos de carne oscura y rosa coronada por un montículo de bello. Un
hombre se ha acercado le coloco la mano sobre su erección. Ella sonrió y dijo
que se estaba volviendo célibe. El hombre se alejo cuando ella dio la segunda
arcada. La miraba de lejos. Me gusta hacerlo. Mirarla. Me ha enseñado a
descubrir que también es posible despreciar a través del sexo. He decidido no
abordarla. No creo que busque una mujer. No la necesita. ¿Que es lo que yo
necesito?
Quiero volver a ser
una mariposa. ¿Donde se escondió la mujer azul?
Me refugio en la
ausencia, en la textura de palabras. Olfato. Antena. Amarillo. Injerto.
Tumefacto. Huelo a lluvia. Estoy hambrienta como una jauría de lobos. La gente
me reprocha. ¿No pueden entender que soy yo la que se abandona? Estoy cansada.
No tengo labios rojos ni olor a jamaica. Soy una marioneta color gris. El amo
me viste con ropa colorida. Mi piel es gris. Carece de vida. Puedo sentarme en
la inmundicia ajena, pero soy incapaz de defecar y de sangrar. Quisiera revolcarme
y poder comer mi propia mierda.

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