Barro y carne
es
a blanco y negro
¿colores sin variación?
Circulo cromático en el que el fin es el origen,
el inicio es fin.
En el inicio, o mejor dicho, en la escena inicial,
en la narrativa del comienzo mi piel era distinta
estuve hecha de barro y sal.
Entonces, las ciruelas sabían amargas…
pero nuevas primaveras llegaron,
mientras,
la estatua de sal se
desmoronaba,
la madera húmeda no servía para nada y
la marisma se había llevado mi casa.
La estatua seguía desmoronándose.
La estatua precipitándose al abismo,
lanzándose en cristales blancos,
sal deslizándose hacia una sopa espesa,
un billón de quartz, un caldo de cultivo.
La estatua, partículas salinas,
Y un millón de gotas.
1,2,3,4
Los fragmentos de la estatua
Corriendo hacia la playa
( en stop motion)
estallando, rompiéndose, fragmentándose.
Ahora guardo pirita debajo de las uñas
y amatista debajo de la almohada,
y de repente, soy otra,
barro pegado a los pies del musgo,
agapando de cabellera suelta.
Porque inevitablemente todos volveremos al barro
somos ese fragmento minúsculo,
boa mixtura entre
tierra y agua
lodito en la media
vinito de mora negra
párticula de Dios debajo de la lengua
ostia sublingual.
Inevitablemente volveremos al barro,
Pero yo elijo no hacer ese viaje por tierra,
cuesta abajo la gota se desliza
Sal minada, sal de minería, vuelta líquida,
agüita salina, gotica suicida,
agua de nube, en parapente,
deslizándose
pasando a través de la carne,
tratando de esquivar el metal frío.
Gota de sal
viviendo el viaje
entrando en la suavidad de la luz líquida,
agua de vida,
gotita sagrada volviendo a integrase.
Inevitablemente
Un día, todos volveremos al barro.
10 de julio 2020
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