Cada día paso saltando sobre él
Con los pies enfundados
En botas de hule,
Con pensamientos negros,
Menos negros,
Grises,
Tan negros
Como las nubes que persiguen mis pasos
Lanzando gotas.
Cada día que piso corriendo sus raíces
Y lo veo,
Me pregunto si yo seré
Algún día como él,
O seré siempre
Igual a esa planta de hojas amarillas
Que tengo en casa
Viviendo el síndrome
De “trasplante muy reciente”
Que aunque ya ha sentido tantas lunas,
Tanto sol y tanta lluvia,
a pesar de todo
no sabe ser fuerte.
No grita, no se queja, no protesta... a veces sin agua a veces con mucha, a veces con frió otras con calor. A veces en una maceta chica que la impide crecer, sin vitamina de primavera, sin luz de invierno, sin palabras de aliento... pero no, no se queja. Y yo no soporto que una sola se me muera.
ResponderEliminargracias enrique por comentar.. saludos lluviosos desde un san cristobal ahora gris, lo bueno es que a ellas les encanta el agua y en el jardin hay varias en flor.. saludos y abrazos!
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