En el sueño, sueño que sueño,
y en el sueño, esto es más que simple palabrería.
En el sueño Shiva tiene siete cabezas,
todavía.
En el sueño su danza es murmullo,
el murmullo, en realidad, es canto y rezo.
Los cantos
también se tambalean aquí adentro,
aquí retumban.
¿Me arrullan o me despiertan?
Los sonidos hipnóticos nos mantienen en duermevela
A él lo hacen danzar,
Son sus movimientos
lo que nos mantienen dormidos
¿o despiertos?
En esos pies se sostiene el equilibrio del mundo,
La luz se teje en el deslizamiento de sus piernas
Y el caos se esconde en su deslizamiento.
En el sueño no hay franja de Gaza
En el sueño no existe ese jardín perverso
que nos conduce de Irán a Irak,
de Catar a Acteal,
en el sueño todavía no hay esquirlas dentro.
En el sueño yo tengo los dientes negros
Y los pechos pálidos, cargaditos,
llenitos,
pesados de leche negra,
porque mi carne también es negra
pero no se despedaza.
En el sueño,
sueño al sol,
posada,
colgada,
con las semillas dentro,
con la piel madura de higo al viento,
con el olor dulce de breva tierna.


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